Un grupo de indígenas de esta etnia empieza a recuperar su territorio en el norte del Cauca, que les fue arrebatado desde la época de la Conquista.
| El fin del proceso de liberación no es tomar los medios de producción y apropiarse de ellos, aseguran los indígenas. | Por: Iván Castaneira
Un pueblo resiste desde las montañas del norte del Cauca.
Los nasa llevan luchando por recuperar sus tierras desde la Conquista. Un decreto de la época ordenó su desplazamiento hacia las lomas, lo que facilitó el despojo de sus casas y siembras. Las explanadas más fértiles quedaron en manos de terratenientes y dio origen a una disputa histórica por el territorio que todavía se libra.
Los indígenas levantaron sus resguardos y de a poco recuperaron cerca de 200.000 hectáreas después de la expulsión de los españoles. Estos son campos importantes en lo cultural, espiritual y ambiental. Pero poco se pueden aprovecharlos en lo agrícola: tan solo 31.000 hectáreas son aptas para cultivar de acuerdo al investigador y economista Héctor Mondragón.
En el siglo XX se dieron varias condiciones que cambiaron el paisaje del norte del Cauca hasta lo que es actualmente: extensos cañaverales.
El negocio sufrió cambios con el triunfo de la revolución cubana, en la década del 50 del siglo XX. Los precios de la caña subieron e industrias que dependían de la producción de la isla, como las estadounidenses, debieron buscar otros proveedores en la región, como Colombia.
A la par, la época de ‘La Violencia’ mermó aún más la lucha por la tierra en el Cauca. Se destruyeron resguardos, asesinaon a líderes y ocurrieron masacres. De nuevo abandonaron el territorio.
En las 225.560 hectáreas que componen la región azucarera (norte del Cauca, franja central del Valle del Cauca y sur de Risaralda) se siembra todo el año. En un informe de 2016, la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia -Asocaña- asegura que en el país se producen 120 toneladas de azúcar por cada 10.000 metros cuadrados de cultivos.
La caña también es usada en la fabricación de biocombustibles. La Federación Nacional de Biocombustible (Fedebiocombustibles) señala que Colombia produce 1.200.000 litros por día y en cinco plantas se especializan en elaborar etanol: Ingenio del Cauca -INCAUCA-, Ingenio Manuelita, Ingenio Mayaguez, Ingenio Providencia e Ingenio Risaralda.
LA LIBERACIÓN DE LA TIERRA
A lo largo de la lucha por el territorio, una parte del pueblo nasa ha utilizado diferentes estrategias como respuesta al despojo: la resistencia, la recuperación y la autonomía. Actualmente el desafío es tejer estas acciones para frenar los efectos dañinos de las industrias en el medioambiente.
En diciembre de 2014, ellos retomaron la Liberación de la Madre Tierra que empezó en Corinto y el rescuardo de Huellas, de Caloto, en 2005. Es la toma de monocultivos para limpiarlos con machetes de la caña. Los indígenas basan este proceso en la espiritualidad, pues como ellos mencionan: “Sin espiritualidad no hay nada”. Son conscientes de que el resultado de la lucha es para sus nietos, quienes verán los campos libres y sin agroquímicos.
EL PUEBLO NASA YUWE
Es una comunidad indígena ubicada en la región de Tierradentro, entre el norte del Cauca y el Huila. También se le conoce como Páez. De acuerdo al último censo oficial (Dane, 2005), hay 186.178 personas que pertenecen a este grupo étnico. Se dedican a la agricultura a pequeña escala y al cuidado del medioambiente.
Debido al despojo de tierras que han sufrido desde la Conquista, en 1971 se unieron con otros pueblos del Cauca y fundaron el Consejo Regional Indígena del Cauca -Cric- para recuperar y defender los territorios.
El fin de la liberación no es tomar los medios de producción y apropiarse de ellos. Se trata de cambiar el modelo económico de la tierra y garantizar el alimento a las comunidades indígenas de la región. Así lo que explica 'León', uno de los indígenas que participa en la liberación y que prefiere no dar su nombre por seguridad.
La lucha del pueblo Nasa también se vio afectada por el conflicto armado. Los indígenas del norte del Cauca debieron resistir al enfrentamiento entre las guerrillas y el Ejército, además de padecer el reclutamiento. Sin embargo, la violencia contra líderes de comunidades étnicas no ha parado con el acuerdo de paz con las Farc. Entre el primero de enero y el 31 de agosto de este año fueron asesinados 101 en todo el país.
“Antes estábamos en medio de la guerrilla y el Gobierno. Ahora no sé si nos convirtamos en el objetivo. Eso lo vamos a averigurar con el tiempo”.
'León', indígena nasa.
“Dicen que esto es ilegal, pero no lo es. Es lo que nosotros como indígenas debemos hacer. Para mí está bien y por eso estoy orgulloso cultivando maíz, frijol y otros granos en donde antes había caña”, menciona un indígena mientras coloca las semillas en las tierras que hace poco "liberó".
Asocaña, por su parte, trabaja en la conservación del territorio a través del Fondo por el agua y la vida sostenible. Es un programa creado en 2009 y cubre el valle geográfico alto del río Cauca, donde se ubica buena parte de la industria azucarera. En el fondo participan las empresas privada, el sector público y organizaciones sociales y ambientales, quienes gestionan recursos e impulsan proyectos para la protección del agua y la seguridad alimentaria.
El programa también involucra a campesinos, proprietarios de predios rurales y algunos pueblos indígenas de la región. Varios resguardos de Toribío se han beneficiado del fondo y en 2014 se unieron a la iniciativa dos cabildos nasa: el de Miranda y el de Florida (Valle del Cauca).
***
ZOOM EN LA VOZ DEL FOTÓGRAFO
-Mientras ves las fotos, escucha la historia de este reportaje gráfico en la voz del fotógrafo y periodista mexicano Iván Castaneira-
Por IVÁN CASTANEIRA
Instagram: i_chido
Es periodista audiovisual mexicano. Se especializa en documentar historias sobre derechos humanos, problemáticas sociales, guerra contra el narcotráfico, migración en Centroamérica y luchas indígenas y campesinas en México, Perú, Colombia y Bolivia. Actualmente recorre diferentes zonas de Sudamérica con el proyecto Ojos de la tierra (www.ojosdelatierra.com), una mirada aguda a los conflictos por la tierra y las iniciativas de conservación del medioambiente.
Ya los veremos en unos años con bastante tierra e igual de pobres y vaciados. Reportajes basados en el mito del buen salvaje. En Colombia los pueblos indígenas tienen en resguardos más de 9 millones de hectáreas. No es cuestión de tierra, es asunto de pereza.
creo te equivocas amigo . cuando las barreras hacia la supervivencia sobrepasan a la persona la introvierte y deja de buscar mas allá de la supervivencia básica. .no es asunto de pereza realmente se requiere ayudar y mejorar sus condiciones básicas y puedan ver mas allá y aprovechar sus recursos. espero contribuyas comprendas y hagas algo al respecto por nuestra humanidad. donde quiera que te encuentres
Que mal informado esta este periodista... La realidad de los campesinos del Cauca y de las pocas empresas, que mediante desarrollo sostenible, tratan de sobrevivir a la absurdez de un grupo de personas que dejo de ser indígenas hace mucho tiempo y solo viven detrás de este titulo para desangrar un sistema ya al borde de un colapso. Cuando uno espera es ver a un pueblo que conserva sus tradiciones religiosas y culturales lo que ve es un grupo de personas copiando modelos extranjeros: cabello pintado, aretes y piercings estilo rapero norte americano, saggy pants, y esperando el mejor momento para embriagarse y emprender a golpes a sus compañeros. No hace mucho tiempo el caballo era el medio de transporte en todas las montañas del Cauca... ahora en cuanto pueden se consiguen una motocicleta que conducen sin ningún tipo de precaución y respeto hacia los demás, así, poco a poco han incursionando cada vez mas en un consumismo absurdo que los saca de cualquier concepto de pueblo indígena. Querido periodista... por favor infórmese bien... ellos dejaron de ser las victimas hace mucho tiempo, es mas, se están volviendo los victimarios de los pocos campesinos honrados y olvidados del gobierno que aun quedan en el Cauca.
Granadillas, lulos, gulupas, tomates cherry y otros productos forman parte de un proyecto que ha contagiado a personas de todas las edades a vivir mejor y trabajar la tierra en este municipio de Santander