Hablar de agrologística es comprender las diversas actividades de la cadena de suministro que son necesarias para adecuar la oferta de productos del campo con la demanda del mercado de estos mismos. La agrologística se considera como una disciplina de la logística enfocada al sector agroalimentario. Su ámbito comprende actores responsables de la producción (agricultores y productores), procesamiento (industria de productos alimentarios), y la distribución (transportadores, proveedores de servicios y comerciantes).
Tenemos desafíos para nuestras regiones, basadas en estrategias agrologísticas, para que puedan aprovechar la gran demanda del mercado actual de manera eficiente. Para ello es de suma importancia revisar cómo estamos en vías terciarias para conectar nuestras zonas rurales con los centros de consumo.
De facto, de los 142.000 kilómetros de vías terciarias con los que hoy Colombia cuenta, cerca del 65 por ciento se encuentra en regular o mal estado, de acuerdo con cifras de la Unidad de Planificación Rural Agrícola (UPRA), adscrita al Ministerio de Agricultura. También explica, en parte, que la pobreza en las zonas rurales (45 por ciento) sea casi 3 veces más alta que en las urbanas (15 por ciento).
Hay que reducir los costos logísticos y conectar a los municipios donde se produce los alimentos y los productos exportables con las vías primarias y esto pasa por las vías terciarias. El 75 por ciento de carreteras terciarias en Colombia no están en buen estado y eso supone una inversión multimillonaria de recursos del Estado.
¿Cómo hacer para mejorar el panorama logístico de la agroindustria? Una aproximación para que esta brecha logística se pueda superar mediante a algunas acciones:
- Desarrollar modelos de economía-colaborativa para estandarizar las operaciones logísticas agrícolas del sector, el cual carece de procesos unificados para apalancar su crecimiento.
- Configurar una logística integral de recogida y distribución (Back Logistic and Green Logistic) coherente con el ciclo de vida de los productos, la cual incluye desde la conservación de la cadena de frío, hasta la aplicación de las más altas medidas fitosanitarias y herramientas de trazabilidad que garanticen una mejor penetración en el mercado interno y capacidad de incursionar en las cadenas de valor mundial.
- Apuntarles a mejores prácticas logísticas, establecer relaciones sinérgicas que aprovechen al máximo los recursos y crear iniciativas sectoriales que puedan incluir: centros de acopio municipales o regionales, plataformas de consolidación y venta masiva (cross docking), eliminando a los intermediarios para beneficiar a los pequeños campesinos y demás productores.
- Masificar estrategias y modelos de negocios innovadores para que productores vendan directamente al consumidor.
- Hacer uso de la tecnología, para contar con la suficiente información antes, durante y después de los procesos productivos.
Finalmente, es necesario mirar países que basan su desarrollo económico en procesos agroindustriales como Perú, México, Chile, Holanda, Brasil, entre otros, y que se encuentran dispuestos a transferir su experiencia y conocimiento.
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COLUMNA POR ROSMERY QUINTERO | @RosQuinteroC
Directora de Acopi, gremio que representa a las micro, pequeñas y medianas empresas de Colombia.
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