La historia de cómo nació un grupo de jóvenes que propende por un transporte limpio en Belén de los Andaquíes, en el piedemonte amazónico.
| Dentro del taller, los jóvenes tuvieron espacio para proponer soluciones ante varias problemáticas ambientales | Por: Diana Rey Melo /SEMANA
Sandra Rocío Cuellar Morales tiene 52 años, nació en Belén de los Andaquíes (Caquetá), tiene 3 hermanas, una cicatriz en la ceja derecha (que se hizo jugando baloncesto) y una gran iniciativa: el grupo Guardianes Ambientales.
Se trata de una organización que creó el 28 de noviembre de 2013, cuando Belén fue declarado por la ordenanza número 24 municipio verde, protector del agua y, con esa declaratoria, apareció el Consejo por la Vida y el Agua.
Diana Rey, reportera gráfica de SEMANA, les enseña a los jóvenes cómo contar historias a través de imagenes. Archivo particular
Rocío se alió con esa organización y empezó a proponer proyectos relacionados con el medio ambiente. Cada proyecto pretendía solucionar una problemática.
Así creó los Guardianes Ambientales, para solucionar la falta de información sobre las riquezas naturales. El grupo de Guardianes está conformado por jóvenes estudiantes de bachillerato de colegios urbanos. Ellos hicieron talleres para visibilizar las problemáticas de Belén, entender qué las provoca y explorar cómo hacer para solucionarlas.
Rocío se alió con esa organización y empezó a proponer proyectos relacionados con el medio ambiente.
Al finalizar dichos talleres, en los que participó Patrimonio Natural, se hizo una ceremonia de graduación en la que dicha entidad entregó recursos para hacer realidad ciertos proyectos, entre esos, uno que propendía por el transporte ecológico.
Se entregaron bicicletas para concientizar a la comunidad del transporte limpio y de proteger la riqueza del municipio, especialmente el agua.
Las reuniones de ese grupo ocurren los fines de semana, cuando tanto Sandra Rocío como los jóvenes tiene tiempo libre, pues este es un trabajo voluntario que se hace por puro amor a los recursos naturales.
Nikolás Mejía tiene 12 años y hace parte del colectivo Guardianes Ambientales. Dice que su mayor anhelo es que la tierra no sufra.
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