Baudilio, el rey del ‘piano de la selva’ en el Pacífico

April 13 de 2018

Baudilio Cuama es considerado el músico vivo más importante del Valle del Cauca. El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez le rendirá un homenaje.

Baudilio, el rey del ‘piano de la selva’ en el Pacífico

| Baudilio toca la marimba desde los ocho años y también aprendió a construirlas. Ahora le enseña a los jóvenes del Valle del Cauca para alejarlos de la violencia. | Por: Aymer Andrés Alvarez


Por: Gerardo Quintero
gerardoquinte

La música ha salvado vidas en Buenaventura. Eso lo sabe bien don Baudilio Cuama Rentería, un negro recio, de pocas palabras, de manos gruesas, fuertes, acostumbradas a tallar la madera y a producir sonidos exquisitos a través de un instrumento emblemático del Pacífico: la marimba.

Y lo sabe muy bien porque justamente Baudilio es quien, a través de su casa-taller, ha evitado que cientos de jovencitos de Bajo Firme, en la Comuna 1, y también chicos de la Comuna 12, al otro lado, hayan terminado enredados en grupos al margen de la ley.

Hasta su pequeño pero acogedor taller han llegado adolescentes desde La Bocana, Juanchaco, La Barra y otras playas cercanas, para conocer a este hombre de 70 años que hace una década fue escogido como el músico vivo más importante del Valle del Cauca.

 


 


Baudilio dice convencido que esos jóvenes que le arrancó a la violencia cambiaron las granadas y los fusiles por instrumentos musicales que él les enseñó a fabricar. Con esas mismas manos que parecen toscas, este lutier del Pacífico le da forma a la madera que luego se transformará en la marimba, ese mismo instrumento que puso a bailar a más de 120 mil personas durante los seis días que duró el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, que se realizó el año pasado en Cali.

Es la paradoja de la vida de Baudilio. Ha devuelto al buen rumbo a cientos de jóvenes, ha salvado vidas, ha puesto a bailar a miles de personas, pero un dolor siempre está presente en sus recuerdos.

 


 

“A mí me alcanzaron a matar dos hijos, pero les dije a las autoridades y a los bandidos que así acabaran conmigo, yo no me iba a ir de mi barrio y no dejaría de enseñar mi música a los muchachos que estaban en riesgo”


 


Baudilio padeció en carne propia los peores años de la violencia en su Buenaventura del alma. Jiminson y Alexander cayeron asesinados por los violentos que reinaban en ciertos barrios del distrito y con ellos se apagaron también los sonidos de ‘Los negritos del Pacífico’, la agrupación que había creado con todos sus hijos y que se proyectaba como una de las mejores en la interpretación de la música tradicional. 

Fueron años tristes. El cununo, el guasá y la marimba tuvieron que ser guardados. El dolor embargó el alma del juglar y los arrullos, alabaos y currulaos quedaron anclados en la esquina de un corazón adolorido. Pero Baudilio no es un hombre de rencores ni de quedarse sumergido en la pena. Él sabe que con su marimba es capaz de doblegar hasta los corazones más duros.

 

 

Por eso, a su casa-taller, en la que pule la madera de chonta, la misma con la que fabrica marimbas de diez latas con la dedicación de un orfebre, llegan decenas de grupos folclóricos de Chocó, Cauca, Nariño y Valle a buscar al mítico hombre que le saca los mejores sonidos al Pacífico.

 


 SONIDOS DEL RECUERDO 

Ahora, cuando con la sencillez de los grandes dice estar feliz porque la Alcaldía de Cali y los organizadores del Festival Petronio Álvarez le rendirán un gran homenaje al considerado mejor marimbero de Colombia, no deja de recordar que fue su padre, Aurelio Cuama, quien lo llevó a tocar con destreza el ‘piano de la selva’.

La historia es tan fantástica como solo puede suceder en este rincón de Colombia. Don Aurelio era un indígena caucano que se enamoró de una bella mujer negra que cantaba currulaos, arrullos y alabaos y que, además, tocaba el guasá (una maraca alargada) con la destreza que lo hacen las mujeres del Pacífico.

 


 
LOS INSTRUMENTOS MUSICALES DEL PACÍFICO 


 

LA MARIMBA

Se construye con 23 láminas de madera de chonta, de longitudes diferentes. Se toca por percusión de las láminas, efectuada por medio de baquetas cuyas puntas están recubiertas de cuero o caucho. No hay fiesta de currulao —la más destacada del litoral Pacífico— donde no se toque la marimba

EL CUNUNO

Se construye empleando el tronco de un árbol llamado balso, previamente desocupado hasta dejar solo el armazón cónico. La membrana es de cuero de venado, tratada con un extracto obtenido de las hojas de plátano. El sonido del cununo macho es bajo y ronco, mientras que el del cununo hembra es alto y claro. Se toca con las manos.


LA TAMBORA

Se fabrica con el tronco de un árbol llamado banco. Los parches son de piel de venado o chivo. El sonido depende de la calidad del cuero utilizado. El bombo hace parte de la estructura instrumental propia de los conjuntos de marimba utilizados en las tonadas de currulao o en el chigualo que se interpreta en los velorios de los niños. 

EL GUASÁ

Se fabrica con una sección de guadua de unos 40 centímetros por 8 de diámetro, al cual se le agregan semillas o piedritas. El sonido se produce como el de las maracas, por sacudimiento del instrumento y es utilizado en las ceremonias sacras denominadas arrullos.


 


El viejo Aurelio no tenía idea de los ritmos de esta tierra, pero para poder conquistar a la hermosa negra tenía que aprender. Al final triunfó el corazón y Aurelio se enamoró de su mujer y también de la marimba. Lo mejor sucedió cuando ya el entonces pequeño Baudilio tenía ocho años y su padre le anunció que para poder aprender a tocar la marimba debía internarse en la selva a la media noche, dejar el instrumento a la vista, esconderse debajo y esperar a que apareciera el duende para que estrellara los tacos de madera y le trasmitiera el conocimiento.

La verdad es que pudo más el temor y el pequeño Baudilio prefirió quedarse en su casa, pero antes subió la marimba al techo de su pequeño rancho, mientras él se acostaba a unos metros con la vista fija en su instrumento. Un rato más tarde el sueño lo abatió y en su pequeña cabeza apareció un duende que tocaba como loco la marimba. Se despertó asustado, pero solo pudo levantarse a las cinco de la mañana cuando en el campo comienzan los labriegos a trabajar la tierra. Y fue en ese momento, bajo la mirada de sus sorprendidos padres, cuando Baudilio tomó los tacos y como un poseso comenzó a tocar todo lo que recordaba que había hecho el duende de sus sueños. Lo demás, señores, es leyenda.

 


 


Comenzó a andar río arriba para escuchar a los viejos maestros y también para afinar su oído. Aprendió a construir, pero también a reparar las viejas marimbas que tenían marchito su sonido original. Un sacerdote fue su aliado y logró que sus creaciones llegaran hasta España y también desembarcaran en África, el continente de donde se considera originario el ‘piano de la selva’. También hizo parte de las agrupaciones de Mercedes Montaño, Teófilo Potes, Gregorio Rivas y Guillermo Yusti, grandes folcloristas del Pacífico que pusieron en un sitial el instrumento interpretado por el viejo Baudilio.

Después de trasegar por más de 60 años en la música tradicional, lo que más preocupa al gran juglar es que se pierda la esencia de la música de su tierra, que los arrullos ya no se oigan y que la marimba se enmudezca porque ya no haya quién la toque. Pero tranquilo, Baudilio, su legado está a salvo. Sus hijos Alí, Jefferson y Eloy siguen la tradición. La música del Pacífico que interpreta su padre ahora está en sus manos.

 

 

No crean que Baudilio se irá a descansar, búsquenlo en su casa-taller. Allí estará trabajando, construyendo, fabricando sonidos y enseñando a los más jóvenes que la música del Pacífico es más efectiva para enamorar que cualquier reguetón que le pongan en frente.

 

 

 

 




ArteMaestrosCulturaTradición

¡Comparte!



Foto de perfil del autor del comentario






Semana Rural. Un producto de Proyectos Semana S.A. financiado con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través del programa de Alianzas para la Reconciliación operado en Colombia por ACDI/VOCA. Los contenidos son responsabilidad de Proyectos Semana S.A. y no necesariamente reflejan las opiniones de USAID o del gobierno de Estados Unidos.