De joven soñaba con ser músico, pero su mamá lo metió a boxear para que no pasara las tardes en las calles del pueblo. El sábado pasado obtuvo un título histórico para el boxeo colombiano .
| Álvarez obtuvo el sábado pasado el título que perseguía desde hace años: campeón mundial de boxeo en la categoría semipesado. | Por: Jesús Pérez
Eleider Álvarez retó a pelear durante tres años a Adonis Stevenson, un boxeador canadiense de origen haitiano que ostenta el título de campeón mundial en la categoría semipesados del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Ese combate nunca se dio porque, según los organizadores, no era rentable. Pero su determinación por conseguir un título mundial no paró ahí. En abril de este año logró que el ruso Sergey Kovalev, a quien considera “el mejor de la categoría”, aceptara pelear contra él.
Tres meses después, Kavalev y Álvarez se enfrentaron el sábado pasado en Estados Unidos. El pugilista antioqueño de 34 años ganó en el séptimo asalto y demostró que es un referente en el mundo del boxeo, no solo por haber retado a uno de los más grandes en este deporte, sino también por la osadía que lo llevó a renunciar a su asociación de boxeo, el CMB, para ir tras el reconocimiento de otra, la Organización Mundial de Boxeo (OMB), y por el cinturón con el que siempre soñó.
Vea el momento en que Álvarez se convierte en campeón mundial. El asalto séptimo de la pelea contra Kovalev.
DE MÚSICO A BOXEADOR
Antes de boxear, Eleider Álvarez intentó ser músico. En lugar de estar en un ring y usar guantes de boxeo, caminaba por las polvorientas calles del municipio de Turbo con caja, guacharaca y junto a un grupo musical que se hacía llamar ‘Infancia vallenata’.
Él nació en el corregimiento de Puerto Girón, en Apartadó, pero en 1994 su familia se fue a Turbo para vivir cerca de la familia paterna. Tenía poco más de 10 años, entraba a la época de la adolescencia y su afición era “andar la calle”. Cada tarde, al salir del colegio, tiraba los libros en cualquier rincón de la casa y salía a encontrarse con su grupo de amigos para hacer música. “Luego llegaba tipo 10 o 11 de la noche”, recuerda.
En 2007,el actual campeón se colgó la medalla de oro de los Juegos Panamericanos. ARCHIVO REVISTA SEMANA
Eleider Álvarez busco la pelea que lo volvería campeón del mundo del boxeo por más de tres años. JESÚS PÉREZ
“Mi mamá habló con mi primer entrenador que se llama Oswaldo Ricard, que vivía al frente de mi casa y era mi vecino, para que me llevara a entrenar”. Y ahí fue donde comenzó esta carrera como boxeador que lo llevó a estar, frente a frente, con el campeón de la OMB.
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Al principio no le gustó tener que dejar el sueño de ser músico. Además, según su primer entrenador, era “flojo para trotar”. Pero con cada jornada de práctica se volvió más fuerte y le prestó más interés a este deporte. “Tuve muchas frustraciones como cantante. Nadie sabe para qué va a ser bueno en la vida. Luego me di cuenta que iba a ser bueno para el boxeo”.
Y sí que lo fue. En 1999, cuando tenía 15 años, entró a la categoría junior y obtuvo su primer título departamental. A los 16 volvió a competir a nivel regional y, nuevamente, fue campeón. Un año después, cuando ya pertenecía a la categoría juvenil, fue campeón nacional. “Desde ahí empezaron a ver que era un buen prospecto”, dice.
Álvarez derrotó a Sergey Kovalev, quién hasta la pelea duplicaba los knockouts del boxeador colombiano.
JESÚS PÉREZ
“Fue Selección Antioquia y comenzó a demostrar su potencial, a subir y a subir hasta que fue Selección Colombia y ganó una medalla de oro en los Juegos Bolivarianos”, rememora el entrenador Ricard.
Pero los triunfos no pararon ahí. En 2007 ganó uno de los títulos que más lo hacen sentir orgullo: la medalla de oro en los Juegos Panamericanos en su categoría, la semipesado. A los 25 años hizo su debut como profesional. Fue en agosto de 2009, en el Casino de Montreal (Canadá) contra el estadounidense Jesse Sanders. Álvarez ganó por nocaut en el primer round.
Desde 2011 vive en Montreal. Se fue tras lo que él consideró la mejor propuesta que le hicieron para su carrera profesional. Su entrenador físico ahora es el canadiense Marc Andre Wilson.
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Pero ni con todo su palmarés, Álvarez olvida el lugar donde nació. Recuerda con nostalgia los días en Urabá, cuando iba de casa en casa todas las mañanas para tomar café y hablar con los vecinos. “Mi cultura, la música fuerte, pararme en una esquina a hablar, a tomar café, son cosas que uno extraña”.
Por suerte, en Canadá la vida le dio “un pedacito de Urabá”. Jhon Edder es un barbero de Apartadó que hoy tiene cuatro barberías en ese país. La franquicia se llama Punto y Aparte, en homenaje a una canción del artista urabaense ‘Bubalú’.
Todos los fines de semana, el hoy campeón mundial va a la barbería de Montreal para pulirse el corte y pasar el tiempo con Jhon Edder, quien se ha convertido en uno de sus mejores amigos y en el recuerdo más tangible de su tierra natal.
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