La Comuna uno de Quibdó es una zona que recibe comunidades desplazadas de zonas rurales del Chocó, un lugar conocido por sufrir la violencia urbana. A pesar de todo esto, existe una Corporación denominada Black Boys, una iniciativa comunitaria que busca alejar a los jóvenes de las bandas criminales a través de la danza. En este espacio, los participantes encuentran una familia y tienen otras expectativas de vida más allá de las que le ofrece el contexto en el que se encuentran.
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Se llama Joaquín Prince y lidera una escuela que, por medio de los ritmos y los bailes ancestrales, preserva la cultura de este pueblo indígena.