Con la cara cubierta por un velo blanco comienza el viacrucis de los flagelantes en la avenida Calle de la Ciénaga, en Santo Tomás
Con la cara cubierta por un velo blanco comienza el viacrucis de los flagelantes en la avenida Calle de la Ciénaga, en Santo Tomás
Durante el recorrido, los flagelantes deben visitar siete cruces puestas en el camino, donde arrodillados hacen su petición. Son siete pasos hacia adelante y tres hacia atrás. Los azotes se asestan de izquierda a derecha- en ese orden- en la parte inferior de la espalda.
CRÉDITOS
REALIZACIÓN: Jossie Esteban Rojano
FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Charlie Cordero
SEMANA RURAL © 2018
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