Luego de cuatro años de arduo trabajo, el pasado 30 de mayo Colombia logro formalmente su ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Con esto, nuestro país se convierte en el miembro número 37 de dicha organización y el tercer país latinoamericano en ingresar a la misma, tras México y Chile.
Con lo anterior, Colombia da un gran paso en la modernización de la gestión estatal, económica y social, dado que los países miembros de la OCDE son ejemplo de buenas prácticas de gobierno ante el mundo. Esto, sin duda, mejora las perspectivas de crecimiento a largo plazo, así como su imagen ante los inversores extranjeros, quienes prefieren aportar sus capitales en aquellos territorios donde existan las condiciones de estabilidad necesarias para su crecimiento.
Ahora bien, para poder aprovechar al máximo los beneficios de pertenecer a este organismo, es necesario que nuestro país continúe haciendo importantes reformas de orden político y económico. En este sentido, sería vital el desarrollo de estrategias que apunten al aumento de la productividad y competitividad de los sectores claves de la economía, especialmente del agropecuario.
Nuestro país presenta grandes brechas sociales y económicas entre los centros urbanos y las zonas rurales dispersas, que incrementaron por motivos inherentes al largo conflicto armado. Pero el panorama actual es diferente: el postconflicto es una realidad que prevé grandes oportunidades, puesto que el sector agropecuario será el verdadero jalonador del desarrollo para aquellas regiones históricamente olvidadas.
La OCDE reconoce esto y en su informe de revisión de políticas agrícolas (2015) afirma que Colombia ha tenido significativos avances en lo que a gestión agropecuaria se refiere. Pero, para alcanzar el potencial esperado, se requiere un rediseño de políticas que propendan por la mejora del entorno económico y regulatorio del sector. Esto impactará en la reducción de los altos índices de desigualdad que se tienen en este ámbito.
El centro de las propuestas que la OCDE hace para nuestro país es el aprovechamiento de los diferentes tratados de libre comercio que tenemos, mediante el aumento de la productividad y competitividad de las más de 43 millones de hectáreas agrícolas con las que contamos. En este sentido, la organización recomienda que:
En conclusión: pertenecer a la OCDE es un gran logro para nuestro país y una gran oportunidad para impulsar el desarrollo social partiendo de la mejora productiva de nuestro sector agroindustrial. Es necesario que la institucionalidad publica (nacional, departamental y local), la academia y el sector empresarial nos focalicemos en esa labor. Para ello se necesitarán recursos que permitan aprovechar la oportunidad y que no se convierta en un factor que incremente la complejidad de hacer empresa en Colombia.
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ROSMERY QUINTERO | @RosQuinteroC
Directora de Acopi, gremio que representa a las micro, pequeñas y medianas empresas de Colombia.
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