Esta líder social del Cauca trabaja para que los jóvenes accedan a la educación pública, se respeten los derechos de los campesinos y por el cuidado de los recursos naturales .
| Carolina lucha para que los campesinos tengan una vida digna y puedan acceder a los derechos que les corresponden. | Por: Somos defensores
Carolina Sánchez defiende los derechos de los campesinos y la educación de los jóvenes, lucha contra la violencia hacia la mujer y protege los recursos naturales del Cauca. Detrás de todas estas causas hay un solo propósito: dejarle un país mejor a las futuras generaciones.
Esta es la última entrega de Voces a prueba de balas, una campaña del programa Somos Defensores para proteger a los líderes sociales a través de la difusión de sus historias.
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« Desde el 2008 comencé a luchar por el acceso a la educación superior, ya que muchos de los jóvenes caucanos y payaneses que nos graduábamos del colegio teníamos complicaciones para ingresar a la universidad. Pero descubrimos que no era el único problema y comenzamos a trabajar por los derechos humanos y especialmente por los campesinos. Me vinculé a la Organización para el desarrollo urbano y campesino (Ordeurca), donde forjé mi espíritu de liderazgo y continué luchando por la vida digna.
En un momento pensé en ingresar a la universidad, pero en el camino me di cuenta de que los pobres éramos los más vulnerables de la sociedad, y entendí que debía luchar para que tuviéramos una vida digna. Eso significaba poder tener una casa, acceder a la educación superior y a servicios públicos de calidad.
En el camino encontré apoyo de muchos jóvenes de la ciudad y del campo. Creamos un grupo de danzas llamado ‘Raíces campesinas’ para recuperar las costumbres y desde ahí luchar por la defensa de los ríos y recursos naturales.
También trabajamos para que los campesinos puedan vender sus productos a un precio justo y por el acceso a las tierras, sobre todo en municipios como Sotará, Timbío y Cajibío en el Cauca, donde muchos viven en fincas pequeñas porque las multinacionales están ocupando todo el territorio.
«En el campo tenemos nuestro plan de vida, nuestros recursos y cultivos, por eso es importante defender el territorio, para que los campesinos e indígenas no tengamos que salir desplazados a las ciudades y sigamos conociendo lo que tenemos alrededor: la fauna, la flora, y todo lo que nuestros abuelos disfrutaron».
Desde Ordeurca nos reunimos con los jóvenes para conocer la historia de Colombia y pensar entre todos cómo hacer un cambio en el país. Tenemos una casa en Sotará, donde funciona la organización y las escuelas de formación para los niños y jóvenes.
Aunque no he sido amenazada personalmente, nuestra organización sí ha sido perseguida. En 2018, en dos ocasiones, un grupo de uniformados con prendas de uso militar entraron y salieron de la finca abruptamente, sin decir quiénes eran o por qué venían. Recogimos las placas de la camioneta y denunciamos en los diferentes entes de control, pero solo tuvimos respuesta de la Defensoría del Pueblo, quienes emitieron una alerta temprana para nuestra organización y para la zona.
Creo que, más allá del miedo por las amenazas, lo importante es haber hecho algo para transformar este país, sobre todo por los niños. Ellos merecen nacer y vivir en un territorio tranquilo. Por eso defendemos lo que creemos que es más importante: más vale el agua que un gramo de oro; más vale sembrar maíz y frijol, que unos pinos y o eucaliptos.
Por eso seguiremos luchando para dejarles a nuestros niños un país digno, sin miedo ni guerras. Por un lugar donde puedan ir a estudiar sin miedo a que estalle una mina en el camino, y donde los jóvenes no tengan que cargar un fusil ni mucho menos ir obligados a la guerra. Un país donde ser líder social no sea un delito y no se acallen las voces de los que gritamos las injusticias».
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Por medio de la pintura, la música y el teatro, Iván René y jóvenes del Catatumbo resaltan la labor campesina y las costumbres de un territorio marcado por la violencia