SEMANA RURAL habló con Víctor Vidal, el hombre tras el paro cívico más grande en la historia de Buenaventura y quien resultó elegido alcalde. Así planea gobernar una ciudad dominada por la pobreza, las bandas y el microtráfico, pero repleta de talento musical y deportivo.
| Victor Vidal lideró el paro de 2017 | Por: Archivo particular
¿Cómo fue su campaña? ¿Quiénes y a qué le tocó enfrentarse?
El tema es realmente interesante. Después de muchos años, Buenaventura eligió a un alcalde de manera popular. Y fue porque hicimos un paro histórico. El Distrito tenía ocho candidatos de campaña tradicional, eso quiere decir que había movilizaciones a partir de dinero: los gamonales determinan quienes se hacen; y no estuvimos ahí. La relación con lo ilegal nada que ver con nosotros, y nada que ver con dineros de dudosa procedencia, estuvimos siempre bajo lo permitido. Dijimos No a esos tres elementos.
La nuestra en cambio fue una campaña alternativa. Nosotros nos comprometimos con los acuerdos de paz y con eso hicimos que la mayoría votara por nosotros. Fue una campaña difícil, fue una campaña austera, tuvimos que ser muy creativos, con una imagen diferente. No fue sencillo, pero lo logramos. Al final estamos satisfechos. Independientemente del resultado, hay una manera diferente de hacer política.
Buenaventura es un cóctel de problemas… ¿por dónde empezar?
Nada se va a poder hacer si no les apostamos a la alimentación y a la educación. Buenaventura es un municipio con 82 por ciento de pobreza, lo que vale 100 pesos, vale 150 al consumidor porque el comerciante paga vacuna. Hay alguien que monopoliza y que cobra. Estamos condenados a que no nos podamos alimentar de forma correcta. Las obras no avanzan hasta que no hay encuentro con ellos (los ilegales). Hay control de todo, de la vida común (...). No estoy llamando a una militarización; digo que el Presidente de la República defina qué va a hacer. He llamado a las iglesias, a comisiones de derechos humanos, a la ONU, a que nos sentemos a ver qué vamos a hacer con Buenaventura, no tiene sentido que una comunidad pobre tenga que pagar el uso del costo de los alimentos. Mi tarea como alcalde electo es poner todo eso sobre la mesa.
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¿Cómo reconstruir la confianza en la política de Buenaventura?
Nosotros ya empezamos a hacerlo. Esta campaña fue un mensaje directo de confianza. Un grupo grande nos permitió ganar, eso quiere decir que confían en nosotros, que se puede hacer (ganar) con transparencia. La gente votó por nosotros y escogió un camino que ya estaba planteado. Sigue gobernar bien y administrar bien. Sacamos 24 por ciento de la votación, pero pareciera que hubiéramos sacado el 80 por ciento. Hay una alegría porque fuimos elegidos. Lo sentimos. Hay que consolidar eso.
En cuanto a reclutamiento de jóvenes... ¿Cómo piensa disminuir las cifras?
Toca llamar la atencion, exigir a las autoridades e ir directamente a las comunidades. Tengo historias de trabajo con jóvenes y lo que quieren es alternativas. Hay que formar, hay que aprovechar el talento para el deporte, el arte y la academia, hay que fortalecer la vida en familia y la vida comunitaria. Con la ayuda de la administración, vamos a desarrollar trabajo en las comunidades y evitar que sean reclutados.
En su elección, ¿cómo influyó el paro cívico que usted organizó?
Buenaventura 1998 hizo paro cívico, yo ayudé, cargué ladrillos, hice lo que me tocaba como líder juvenil. El gobierno no cumplía los compromisos y hasta finales de 2013 dijimos que en 2014 haríamos paro cívico, y lo aplazamos hasta que en 2017 tenía que ser sí o sí, porque si no, no iba a ser nunca.
Trabajamos cuatro años en ese paro en operativos de seguridad, esquemas de incidencia y locuciones para que no quedara como un paro más. Ahí la gente empezó a conocernos. Nos reuníamos cada 8 días los viernes y con los que llegaban avanzabamos y hacíamos tareas...hasta que llegó el día. El paro estaba soportado en una asamblea e hicimos unas comisiones y un comité ejecutivo vocero del paro. El gobierno designó a 13 personas y nosotros a dos voceros: Jhon Reina y mi persona. Una vez superamos la mesa, la discusión de lo central, dimos apertura a las mesas temáticas, las líneas temáticas cada una tenía un equipo de la comunidad y ese equipo interactuaba con el ministerio de Salud...
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¿Cuál es su apuesta concreta para desarrollar más espacios culturales?
La apuesta es total: Buenaventura tiene una historia, una tradición, unos valores y expresiones culturales únicas. Hay que reconocer que hay presencia de otras dinámicas que son del interior y hasta de la Costa Caribe. Desafortunadamente nos seguimos viendo como cenicienta. Las expresiones culturales van a estar en el centro para recuperar el tejido social y son herramientas para fortalecerlo. Los jóvenes tienen derecho a desarrollar su proyecto de vida y reabastecer la institucionalidad cultural (...). Necesitamos que haya mayor fuerza institucional y ahí todos hablan del alcance de cultura. Necesitamos ese y otros escenarios, necesitamos desarrollar una agenda cultural de Buenaventura donde se sepan las actividades que vamos a hacer: una agenda que se debe cumplir sagradamente con los recursos propios
¿Cómo va a incentivar la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos?
Digamos que ese es uno de los problemas centrales de Buenaventura. Es un problema serio, hoy es mucho menos y ya hay una experiencia en Yurumanguí donde ya se ha trabajado. Hay que tomar la iniciativa desde el consejo comunitario. Necesitamos que sean las autoridades y los líderes los que encabecen esto. Vemos que hay que hacer un ejercicio desde las instituciones locales. Hay unas dinámicas que deben ser reemplazadas y otras que deben ser reactivadas. Necesitamos una propuesta integral.
¿Cómo va a trabajar con el PDET?
Con ese documento, como con los otros de planeación, queremos liderar un proceso de articulación porque hay diferentes planteamientos y el territorio es el mismo y la comunidad es la misma. Necesitamos una sola ruta para todo Buenaventura. Entendemos que la gran extensión del territorio es rural en el PDET, aunque su población la mayoría es urbana. ¿Cómo articulamos el POT y otros elementos de planeación para gastar lo que sea necesario y que vaya en una sola manera? Mi liderazgo va en función de eso.
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Usted propuso formalizar predios de forma masiva...
Eso es un tema digamos superior y grande, tenemos problemas con la formalización del territorio y con las autoridades del territorio. Hay títulos que están en duda. Por ejemplo, los del Incora, la Gobernación, Juanchaco y Ladrilleros. Hay una serie de dificultades que ya están en la mesa y ya empieza a haber discusión con el gobierno y con diferentes entidades.
Queremos que el concejo de la ciudad le dé la facultad al alcalde de titular tierras, porque la gente no tiene vivienda sin titulación. Para ver cómo se aborda, por ejemplo, un barrio de 40 años donde viven 400 personas y no tienen títulos, hay que revisarlo con las autoridades. Ya se planteó la necesidad de avanzar en eso. Estamos ayudando a entender el tema y ver como se resuelve, queremos formalizar la propiedad de los ciudadanos. Pero hay que llegar a un nivel de concertación. Queremos hacer un proceso de titulación masiva, algo por lo que el líder Temistocles Machado, asesinado en enero de 2018, luchó tanto.
En una jornada adelantada por la Dirección General Marítima, los habitantes del puerto pudieron matricular sus embarcaciones y mejorar la seguridad en las labores de pesca que realizan por el litoral Pacífico