Durante décadas, el Bajo Caguán fue uno de los mayores fortines de las Farc y un hervidero donde pululó la coca y los enfrentamientos armados. Hoy, sus habitantes sobreviven en medio de amenazas, carencias, ausencia estatal y disidencias. SEMANA RURAL recorrió la zona y les dio voz a sus líderes, quienes persisten en la lucha por su territorio.